San Lazaro de Jerusalen
En Tierra santa existían ya instituciones caritativas que asistian a los peregrinos mucho tiempo antes de las cruzadas. La orden de San Lazaro de Jerusalen inicio Desde la toma de Jerusalén el año 1099, que fue concecuensia de la Primera Cruzada dirigida por Godofredo de Bouillón, en este momento monjes de San Lázaro, que hasta entonces estaban ocupados en el cuidado de los leprosos, se dispucieron a ofrecer sus servicios.
Los Lazaristas acogían a cualquier caballero de otra Orden que contrajera lepra, siempre que guardara su Regla.
Caballeros de esta Orden lucharon bajo San Luis, junto con los Templarios, los Hospitalarios y los Teutónicos, en la desastrosa batalla de Mansourach en 1250 y también formaron parte de las Cruzadas de San Luis y en las expediciones a Siria 1250 a 1254.
La fortaleza de San Juan de Acre, en poder de los cristianos desde la I Cruzada, fue asediada por los soldados del Sultán de El Cairo. Los Maestres de las Ordenes del Temple y de San Lázaro estaban al mando de los defensores. Ambos jefes perecieron en la batalla y después de una heróica resistencia, San Juan de Acre paso a manos de los musulmanes en 1291. Con este hecho quedó determinada la caída de todo el reino latino de Jerusalén. Antes de que esto sucediera, la Orden de San Lázaro reconocida por varios Pontífices, entre ellos Inocencio IV y Paulo V, tuvo en Palestina muchas posesiones, pero cuando Saladino ocupó Jerusalén, dió un año de plazo a las Ordenes Hospitalarias para abandonar la ciudad.
El rey de Francia Luis VII que por penitencia emprendio la Segunda Cruzada al volver a su país, en el año 1149 llevó con él a doce hermanos de San Lázaro y en 1154, hizo donación a la Orden del castillo de Boigny, para que esta misma estableciera, extendiéndose la Orden por numerosas ciudades de Francia. Por su parte, un noble inglés, que admiraba a la Orden, introdujo en Inglaterra a los lazaristas, que fijaron su domiciliación en la ciudad de Burton.
De esta manera protegida la orden por los reyes, llegó a ser más poderosa en Europa de lo que había sido en Asia.
Después de la caída de San Juan de Acre, los lazaristas que sobrevivieron fueron a refugiarse a Chipre. Otros se establecieron en Sicilia, en Cápua, lugar del que fueron extendiéndose por toda Italia. La rama francesa de Boigny y la italiana de Cápua fueron las más importantes, pero tambien fundaron prioratos y encomiendas, aparte de la de Burton, en Hungría, Flandes y otros países de Europa.
En 1490, el Papa Inocencio VIII decidió unir la Orden de San Lázaro a la de San Juan de Jerusalén, aunque la rama francesa continuó autónoma.
El Papa León X anuló la unificación ordenada por su predecesor. Por su parte, el rey de Francia Enrique IV, unió a la Orden de San Lázaro a la del Carmelo, en vista de que esta última decaia y era conveniente su union con otra más poderosa.
En el siglo XVII la Orden armó una flota para combatir contra los corsarios y piratas,estableciendo su base de operaciones en la ciudad de Saint Maló.
La Orden llegó a reunir hasta diez fragatas y defendio la seguridad de las costas francesas.
En el siglo XVII, el Papa Gregorio XIII dictó una bula por la que mandaba incorporar la Orden de San Lázaro a la de San Mauricio, formándose así la Orden que fue una de las más distinguidas de Italia.
Entre los grandes Maestres del siglo XV, se encuentran Francisco de Borbón, los marqueses de Nerestang, de Luvois, de Dangeau, el Duque de Berry, después Luis XVI y luego el Conde Provenza, más tarde rey con el título de Luis XVIII. Como Caballeros de la Orden de San Lázaro en otros países, pueden citarse a los Zares de Rusia, Pablo I y Alejandro I y al Archiduque Leopoldo de Austria. El rey Luis XVIII de Francia y más tarde Carlos X, se declararon protectores de esta Orden.
Al pasar los tiempos de guerra, la Orden de San Lázaro, permaneció, no extinguiéndose como algunas otras. Aun ahora es representada en Francia, Alemania, Italia, Holanda, Suiza, Portugal y en España.
El 26 de junio de 1935 la Orden registró sus Estatutos en España. El 9 de mayo de 1940 fue reconocida con carácter oficial y declarada de utilidad pública en todo el territorio Español.
La Orden está regida por el Gran Maestre que lo es con carácter vitalicio y queda autorizado a nombrar un coadjutor. También existe un Consejo Supremo Consultivo que orienta al Gran Maestre en aquellas materias en que se solicita su parecer. Los afiliados, aquellos que practican pruebas de nobleza son denominados como «nobles de mérito» y los dispensados de ellas son considerados únicamente como «de mérito». Tanto los primeros como los segundos pueden tener los mismos grados que los miembros, pero no llevan la cruz bordada. Para estos, existe la cruz denominada de «Mérito», dividida en cuatro categorías, así como medallas, concedidas por relevantes servicios.