Ordenes militares y religiosas
Las órdenes militares religiosas tenian como principal característica la combinación de modos de vida militares y religiosos, con la disciplina y entrenamiento marcial necesario para el enfrentmiento en combate pero tambien el conocimiento teologico, vida sin lujos y el fortalecimiento de su fe cristiana.
Algunas de estas ordenes también atendieron a los enfermos y los pobres. Eran instituciones conformadas principalmente por hombres aunque las monjas también podían asociarse a un convento de la orden.
Las órdenes estaban regidas por el Maestre que era la máxima autoridad de la orden, con un poder casi absoluto, tanto en lo militar, como en lo político o en lo religioso.
El Maestre era elegido por el consejo, compuesto por trece frailes, de donde deriva el nombre de «Treces». El cargo de maestre era vitalicio y a su muerte los Trece, convocados por el prior mayor de la orden, eligen al nuevo.
El mando del ejército lo tenia el maestre, seguido de los comendadores mayores. La figura del alférez fue destacada en un principio, pero en la Baja Edad Media desapareciio. El mando de las fortalezas estaba en manos del comendador o de un alcaide.
Las ordenes militares y religiosas tenían posesiones y miembros en toda Europa Occidental.
Las Ordenes militares y religiosas fueron importantes trasmisores de innovaciones sociales, culturalel y técnicas, como la infraestructura bancaria implementada por los Templarios.
Algunos afirman que las órdenes militares cristianas, en particular los templarios, tubieron su origen en ciertos modelos islámicos como la secta chií de los Hashshashin.
Durante la Edad Media, aparecieron órdenes militares autóctonas, en toda Europa que si bien compartían muchas similitudes también presentaban caracteristicas propias, debido a las circunstancias marcadas por el enfrentamiento entre musulmanes y cristianos.
En España el inicio y expansión de estas órdenes se produjo gracias al avance cristiano conocido como Reconquista.