Alcantara

Cuenta la leyenda que en cierto dia en el año 1156, algunos caballeros de Salamanca, exploraban la ribera del rio Duero, que era frontera del reino de Leon,
los caballeros buscaban un lugar para construir una fortalez, cuando encontrron en su camino a un ermitaño cullo nombre era Amando, el cual habia participado en las cruzadas, el ermitaño convencio a los caballeros de construir su fortaleza cerca de la ermita que el habia construido en esos parajes.

Al fundarce la Orden se instauro como principal principio la defensa de la fe cristiana, distinguiéndose por entonces con el nombre de Orden de San Julián de Perero, quizás porque este santo era el titular de la ermita de Amando.

Los miembros de la Orden hicieron los tres votos de obediencia, pobreza y castidad perpetua. Comían carne tres dias por semana, dormían vestidos, guardaban silencio en la iglesia

Su habito era una túnica de lana blanca, escapulario con una pequeña capilla, y sobre él, cuando salían del convento, una capa o tabardo de color negro. El cabello lo llevaban cortado por encima de la oreja y la barba redonda.

Cuando en tiempo de paz, no se empleaban en los menesteres guerreros, permanecían recluidos en el convento.

El fundador, don Suero, murió en combate, sucediéndole  don Gómez Fernández, compañero en la fundación.

Los años que duro la orden siempre estubo al  servicio de los monarcas cristianos contra los árabes.

Al  Reconquistar la villa de Alcántara, la Orden se traslado a aquel lugar y a partir de aquel momento, comienza a denominarse de Orden de  Perero y Alcántara, prevaleciendo al final, este último nombre.

La Orden no sólo lucho contra  los moros, sino que también se mezcló en la política de la época.

El Maestre  don Gonzalo Martínez fue condenado a muerte por traidor, por orden del rey Alfonso, y degollado.

El declive de la Orden se inicia durante el reinado de los Reyes Católicos.
La Monarquía deseaba constituirse en unidad nacional y era necesaria  la incorporación de los maestrazgos a la Corona.

Cuando ya no fue necesario el poder militar de la Orden de Alcántara se orientó por otros campos y así estableció un colegio en la Universidad de  Alcalá que fue trasladado posteriormente  a Salamanca.